La presión debida al peso del aire se denomina presión atmosférica, y su unidad de medida es la atmósfera, definida como la “cantidad de peso que ejerce una columna de mercurio de 760 milímetros de altura a una latitud de 45º, al nivel del mar y a una temperatura de 0º centígrados”; aunque en Meteorología se usan los milibares o los milímetros de mercurio. La relación entre estas medidas es la siguiente:
1 atmósfera son 1.013,2 milibares ó 760 milímetros de mercurio.
La presión atmosférica disminuye con la altitud, debido a que cuanto más alto está un punto sobre el nivel del mar menos capa de aire tiene por encima. Esta disminución no se realiza por igual en toda la atmósfera, se produce rápidamente en las capas bajas, por ejemplo, en los 5 primeros kilómetros, que es donde se concentra más de la mitad del aire existente en toda la atmósfera, el descenso es de 1.33 milibares por cada once metros de ascensión; mientras que en las capas atmosféricas más altas, la disminución es más lenta.
Si nos movemos horizontalmente, la variación de la presión es mucho mas irregular pero es fundamental en la mecánica atmosférica. Esta variación está directamente relacionada con la distribución de la radiación solar y el diferente calentamiento zonal de la superficie terrestre. Estos cambios horizontales se representan en los mapas meteorológicos mediante las isobaras "líneas que unen los lugares que tienen igual presión".
En líneas generales, cuando observemos que las isobaras están muy juntas, la diferencia de presión entre puntos cercanos es muy grande y nos encontraremos con un tiempo turbulento y ventoso; pero si la distancia entre las isobaras es grande, la diferencia de presión es más pequeña, con lo que el tiempo atmosférico será más tranquilo.
Elementos isobáricos
Si consideramos la presión de 1.013 milibares como la normal al nivel del mar, se observa que sobre la tierra existen presiones superiores a ésta, altas, y otras con presiones inferiores, bajas. Cuando representamos gráficamente en un mapa los valores de la presión y trazamos las isobaras obtenemos una imagen en la que se repiten una serie de figuras o elementos isobáricos. Los más importantes, como podemos ver en la ilustración, son los anticiclones o altas presiones, como el centrado sobre la península Ibérica o el este de Rusia, y las depresiones, borrascas o bajas presiones, situadas en dicha imagen en Islandia o el Mediterráneo Oriental.
Los otros elementos isobáricos que acompañan a éstos en los mapas de presión son: vaguada o surco, extremidad de una borrasca lejana, afectando por ejemplo a Dinamarca; dorsal o cuña, relacionada con un anticiclón, abarcando en la ilustración al norte de Italia y Austria; collado o pantano barométrico, zona sin isobaras, que corresponde a una "tierra de nadie", sin borrascas ni anticiclones, zona del centro de Europa.
Una regla muy sencilla que relaciona la dirección del viento cerca de la superficie de la Tierra con la ubicación de los sistemas de presión es pararnos de espalda al viento, a ser posible en un lugar bastante despejado de obstáculos que no impidan su normal circulación, tendremos a nuestra derecha a las altas presiones, mientras que a nuestra izquierda estarán las depresiones.
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